Unas palabras de su hija

Querida mamá,

La primera vez que abrí los ojos te vi, estabas tan guapa!! Hasta que no te oi hablar no te reconocí como la mujer en la que había estado nueve meses, pero solo fue porque estaba un poco trastornada... Es que no me fue fácil llegar, mi falta de práctica, mi inexperiencia, me hizo tardar en encontrar la forma de salir de allí para verte. Menos mal que pronto me perdonaste la lata que te di, porque yo estaba un poco asustada, todo era nuevo y confiaba en ti para guiarme.

En aquel momento empezamos juntas un camino de amor que todavía hoy continua creciendo, y por el que en el día de tu 50 cumpleaños quiero darte las gracias.

Eres la persona que más me ha apoyado y menos ha pedido a cambio en toda mi vida. Nunca te cansas de dar, incluso aunque a veces no recibas a cambio todo lo que te mereces. Siempre estás ahí para buscar el lado positivo a las cosas, para escuchar cuando lo necesito, para no preguntar cuando lo necesito, para reir cuando hace falta, para ayudarme siempre.

Se que como hija a veces te he dado y te doy mucho la lata, pero tú siempre me perdonas, siempre encuentras la forma de entenderme y seguir queriéndome, y por eso soy muy afortunada.

Espero que pases un día muy feliz y que disfrutes mucho de tu cumpleaños. Espero que esta década que hoy comienza esté llena de momentos inolvidables, y de toda la felicidad del mundo, porque por ser como eres no te mereces menos.

Te quiero mucho mamá.

Rosana.

PD: a la vista de que este blog está lleno de fotos, he creido conveniente aclarar que te quiero mucho a pesar de los cortes de pelo que me hacías cuando era pequeña (por no mencionar el estilismo de gafas... vamos, como si me hubiera pintado la sombra oscura en el párpado de arriba...)